El uso de AINEs y COXIB en oftalmología veterinaria

El dolor es una experiencia anómala en los animales que, si no es identificada y tratada convenientemente, puede tener importantes consecuencias tanto en el estado fisiológico como de bienestar. En los últimos años, se han ido desarrollando fármacos cada vez más potentes y seguros para tratar el dolor, tanto el agudo como el crónico. Un claro ejemplo son los inhibidores COX-2 selectivos (COXIB), una nueva familia de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) que presenta una estructura molecular y mecanismo de acción tal que minimiza el riesgo de efectos secundarios propios de los AINEs y otros fármacos, al mismo tiempo que asegura una gran eficacia. No obstante, no todos los COXIB presentan la misma selectividad sobre la COX-2, siendo el firocoxib (Previcox®; Merial) el COXIB más selectivo en la especie canina.
Los COXIB que actualmente se comercializan en nuestro país están registrados para tratar el dolor y la inflamación asociados a patologías articulares crónicas como la osteoartritis y el dolor perioperatorio. Sin embargo, nuevas posibilidades se abren en el empleo de este grupo de moléculas para otros tipos de dolor e inflamación o, incluso, otras ramas de la medicina veterinaria, como por ejemplo, las derivadas de las investigaciones que se están haciendo con el firocoxib en el campo de la oncología.
Algunos de estos nuevos avances fueron presentados en el 6º Simposium Europeo del Manejo del Dolor organizado por Merial en abril de 2010. Este artículo, que se centra en describir las posibilidades que el empleo de estas moléculas presenta en un campo veterinario tan específico como es la oftalmología, ha sido extraído de la información proporcionada por el Dr. Thomas Dulaurent, especialista en oftalmología del Hospital Veterinario de Saint-Martin (Belleveue, Francia).

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