Uso (in)adecuado de protectores gástricos y hepáticos

En nuestra labor docente y asistencial, observamos con demasiada frecuencia lo que parece una prescripción excesiva de medicamentos a los pacientes.

En una revisión de historias clínicas de los últimos meses de perros y, en menor medida gatos, que han acudido a un hospital universitario, prácticamente a todos los pacientes que fueron tratados con un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) se les administró omeprazol o Vetgastril®, puntualmente los dos y a alguno famotidina. De igual forma, pacientes con diarrea, con o sin vómitos no sanguinolentos, por lo general se les prescribió Vetgastril®, y puntualmente omeprazol o famotidina. Y a pacientes tratados con glucocorticoides orales, omeprazol. Incluso, a pacientes sin enfermedad gastrointestinal, pero tratados con antibióticos, se les prescribió omeprazol.

Baptista y cols. (2021) informan que la práctica totalidad (98.4 %) de los veterinarios generalistas portugueses prescriben protectores gástricos (en su mayoría omeprazol, sucralfato o famotidina) en distintas situaciones clínicas en las que no hay evidencias de su beneficio. Igualmente McCormack y cols. (2020) indican que el omeprazol se prescribe a una gran proporción de perros, incluidos muchos de los que no presentan signos que sugieran una enfermedad gastrointestinal, atendidos en un hospital docente universitario veterinario del sur de Inglaterra.

 

Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos.

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