Tratamiento de úlceras superficiales crónicas: Efectividad del desbridamiento epitelial, fresado corneal y queratotomía en rejilla

La úlcera corneal es la falta de continuidad del epitelio y suele acompañarse de pérdida del estroma. Se pueden clasificar en superficiales y profundas, llegando incluso hasta la membrana de Descemet. La etiología es muy variada, puede ser traumática (entropión, cilio ectópico, etc.), infecciosa (bacterias, hongos, virus), agentes químicos, fenómenos degenerativos, exposición excesiva (lagoftalmos, buftalmos, proptosis ocular) o por alteración en la lágrima. 

El diagnóstico se realiza atendiendo a los signos y síntomas clínicos. Una correcta anamnesis y un examen riguroso y protocolizado de los anejos oculares, pruebas de evaluación lagrimal como el test de Schirmer, colorantes como la fluoresceína y sistemas de magnificación pueden ayudar a identificar cuál es el problema de origen. 

Normalmente, en el caso de úlceras superficiales el tratamiento es sencillo, se debe actuar sobre la causa y aplicar antibióticos de amplio espectro y midriáticos ciclopléjicos para combatir el dolor. Por regla general estas úlceras se resuelven favorablemente en 5-7 días. Sin embargo, en algunos casos y a pesar del tratamiento, la úlcera permanece y no cura. Es entonces cuando debe plantearse si se ha realizado un diagnóstico y tratamiento correctos o si se está frente a un defecto espontáneo crónico del epitelio corneal (conocido como “SCCED” Spontaneous chronic corneal epithelial defects). Este tipo de úlcera, por sus especiales características, también se denomina úlcera recurrente, refractaria, tórpida, indolente o úlcera del Bóxer.

 

Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos.

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