Inmunosupresores desde la perspectiva de un lego

Dadas escasas experiencias publicadas en relación al uso de muchos de los fármacos inmunosupresores en las distintas enfermedades, así como la existencia de “ciertas evidencias” en relación a una mejor eficacia de unos fármacos en unas enfermedades y otros en otras (por ejemplo, glucocorticoides en pénfigos o ciclosporina en adenitis sebácea), al igual que ocurre cuando se necesitan inmunosupresores de refuerzo (caso de la azatioprina en los pénfigos o la citarabina en las meningoencefalitis), se realiza una reflexión sobre las experiencias clínicas publicadas (que no necesariamente evidencias), sobre el uso de inmunosupresores en algunas de las principales enfermedades autoinmunes o inmunomediadas de perros y, en menor medida, gatos, centrándose en aquellas en las que el autor ha profundizado más en su conocimiento. Como indican Mitjavila y Poblete (2004) solo “ensayos clínicos realizados con un diseño cuidadoso, un tamaño muestral suficiente, un proceso de aleatorización adecuado, una intervención y un seguimiento perfectamente controlados pueden proporcionar evidencias muy fuertes que permitan emitir juicios sobre la existencia de relaciones causales entre variables”, lo que no sucede en la práctica totalidad de las experiencias publicadas.

 

Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos.

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