Etiología y manejo del reflujo y regurgitación intraoperatoria

El reflujo gastroesofágico se define como el paso “silencioso” de contenido gástrico al esófago. Su incidencia es de hasta un 41% en perros sometidos a cirugía abdominal y entre un 16-50% de perros sometidos a anestesia general con o sin cirugía. La regurgitación se define como el paso “visible” de contenido gástrico a la orofaringe y su incidencia en perros es entre un 0,42-16,3%. 

Un episodio de reflujo o de regurgitación ocurre cuando la diferencia entre la presión del esfínter gastroesofágico (normalmente 20-30 mmHg) y la presión intragástrica (5-10 mmHg) disminuye. A esta diferencia se le conoce comúnmente como barrera de presión. Esto puede suceder por una disminución del tono del esfínter gastroesofágico o por un incremento de la presión intragástrica. Durante la anestesia general, en el 66% de casos, la barrera de presión disminuye durante los 20 min siguientes a la inducción anestésica, incrementando la probabilidad de que ocurra un episodio de reflujo o regurgitación. Cada incremento de 10 min en la duración de la anestesia incrementa el riesgo de reflujo y regurgitación un 1%.

 

Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos.

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