Ecografía de urgencias en pequeños animales: exploración del tórax

Tradicionalmente se ha creído que la ecografía torácica no era sensible para detectar cambios en el pulmón, debido a que el aire no transmite los ultrasonidos. Sin embargo, en medicina humana ya fue utilizada en 2002 para el diagnóstico de neumotórax en pacientes con traumatismos contusos, observándose una sensibilidad del 88-100% para su detección, superior al de la radiología torácica (36-75%). Más tarde, en 2008, dicha técnica fue extrapolada a medicina veterinaria, concluyéndose que tenía una sensibilidad del 95% para la detección de neumotórax postraumático. Además, presenta un interés añadido, puesto que evita el riesgo que supone el traslado y el posicionamiento del paciente para realizar una radiografía. El protocolo empleado es una modificación del utilizado en las Unidades de Cuidados Intensivos en medicina humana, que comprende cuatro ventanas acústicas (descritas a continuación). No se rasura el pelo del animal y se emplea alcohol además de gel acústico. Para la realización de la técnica, se posiciona al paciente en estación o en decúbito esternal (buscando la postura más cómoda en el caso de compromiso respiratorio) y, si es necesario, se administra oxigenoterpia. Se utiliza como ventana acústica un espacio intercostal, a ambos lados del tórax, dividiendo el examen en cavidad torácica (pulmones, espacio pleural y mediastino) y corazón.

 

Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos.

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