Tratamiento quirúrgico de vesícula subpleural asociada a neumotórax en el perro: a propósito de un caso clínico

Las vesículas pulmonares son pequeñas acumulaciones de aire localizadas entre la pleura visceral y el parénquima pulmonar. Éstas se forman como consecuencia de la rotura traumática y posterior fusión de un conjunto de alveolos, aunque también pueden aparecer como resultado de una enfermedad pulmonar obstructiva previa. Generalmente, los individuos afectados no suelen mostrar signos clínicos, apareciendo éstos a consecuencia de complicaciones derivadas de la presencia de estas vesículas. Las principales complicaciones son la aparición de abscesos, rotura de las mismas y desarrollo de neumotórax secundario, compresión local del tejido pulmonar asociado a disnea, intolerancia al ejercicio, y respiración abdominal. En la auscultación cardiopulmonar, los hallazgos detectados son los característicos del neumotórax, atenuación de los sonidos cardíacos y pulmonares en ambos hemitórax. La aparición de neumotórax espontáneo idiopático, principal causa de consulta en este tipo de casos, obliga a un examen detallado de las radiografías torácicas para intentar determinar el perfil y aspecto del parénquima pulmonar, en busca de vesículas, bullas o formaciones quísticas. La atelectasis del lóbulo pulmonar afectado puede dificultar la detección de quistes, para ello el empleo de otras técnicas de imagen mas sensibles que la radiografía pueden ser de gran utilidad en el diagnóstico, como son la tomografía computerizada (CT) o la toracoscopia, ya que permiten revisar la superficie visceral y detectar la presencia de alteraciones estructurales.
El tratamiento de esta patología ha de dirigirse inicialmente a estabilizar el estado general y preservar la función ventilatoria del paciente. Para ello, inicialmente se realiza tratamiento con oxigenoterapia mediante ventilación espontánea, o con ventilación a presión positiva intermitente (VPPI) si fuera necesario. Posteriormente, está indicado la realización de una toracocentesis y/o colocación de drenaje torácico para asegurar la presión negativa torácica en el tiempo. Este tipo de maniobras se realiza como tratamiento al neumotórax espóntaneo con el que se presenta el paciente inicialmente. El tratamiento conservador mediante la colocación de un drenaje torácico, en ocasiones puede ser suficiente para resolver estas vesículas pulmonares, pero el índice de recidivas es elevado. Por ello, en la mayoría de ocasiones se opta por la realización de una lobectomía, para la resolución definitiva de la patología. Como alternativa a ésta última, también se han realizado pleurectomías o abrasiones pleurales para conseguir un engrosamiento y adhesión pleural (pleurodesis), aunque la correcta adhesión para controlar el proceso es muy complicada.

 

Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos

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