Cistitis y estrés en el gato

La cistitis idiopática felina (CIF) es una de las enfermedades más comunes del tracto urinario inferior en gatos. El pronóstico no es siempre bueno porque los propietarios pueden tener dificultades para afrontar el tratamiento de las complicaciones y la recurrencia. Teniendo en cuenta que a raíz de la fuga de proteínas y coágulos del tejido conectivo vesical, se contribuye a la formación de tapones uretrales, la CIF representa la causa de hasta un 75% de los signos clínicos de vías urinarias bajas en gatos menores de 10 años (Bartges, 2002). Se trata de una patología dolorosa y, además, angustiosa para el gato y su cuidador. Puede presentarse acompañada de anorexia, obstrucción uretral y cambios de comportamiento, pudiendo todo ello resultar en desenlaces fatales.

En mujeres, la cistitis intersticial sin úlceras de Hunner también aparece asociada a otros síntomas, por lo que el término “síndrome del dolor vesical” (BPS, acrónimo de bladder pain syndrome) se utiliza a menudo en la literatura. Es muy probable que el proceso neurofisiológico de este síndrome afecte al sistema nervioso central al igual que otros trastornos somatomorfos (Akiyama, 2020). Renombrar la CIF en gatos (ej. “cistitis por estrés”), como sugirió Gunn-Moore en el último congreso internacional de medicina felina (2022), podría ayudar a los cuidadores a entender mejor los factores a los que deben prestar atención para identificar y eliminar los posibles desencadenantes ambientales de los episodios de dolor vesical.

 

Publicado en la revista veterinaria Consulta de Difusión Veterinaria dirigida a veterinarios clínicos de perros, gatos y exóticos

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